Se trataba de unos animalitos (un conejo, un erizo y un pajarito) que querían comerse una manzana, pero no llegaban a un acuerdo sobre de quién era, hasta que llegó el señor oso y les aconsejó que la compartiesen como buenos amigos. Al final le hicieron caso y la repartireon entre los cuatro.
Queremos decirle al abuelito de África:
¡¡¡MUCHAS GRACIAS DE PARTE DE TODOS LOS NIÑOS DE INFANTIL!!!